Las quemaduras de cierta entidad – más de un 10 % de superficie corporal, eléctricas o químicas, las que afecten a cara, manos o genitales y las que sufren pacientes enfermos o niños y ancianos – deberán ser ingresadas en un centro hospitalario.
El resto puede ser manejado ambulatoriamente. Las quemaduras más superficiales estarán reepitelizadas antes de los quince días. Las profundas requerirán tratamiento quirúrgico para su desbridamiento y cobertura con injertos autólogos.