El carcinoma epidermoide cutáneo es la segunda neoplasia cutánea más frecuente y su incidencia está aumentando en las últimas décadas.
También se suele presentar en áreas cutáneas castigadas por el sol y en individuos de piel clara. A diferencia del carcinoma basocelular un 5% van a presentar metástasis locales y a distancia, si bien la mayoría de los tumores se van a resolver con cirugía.
Los de peor pronóstico son los carcinomas más evolucionados generalmente por consultas tardías o diagnósticos inapropiados. Como siempre sospecharemos de tumores (bultos) heridas costrosas o úlceras que no curan o que aparecen sobre lesiones antiguas previas
La cirugía es el tratamiento de elección inicial. El pronóstico dependerá del tamaño, de su profundidad. De la invasión de estructuras cercanas, del grado de diferenciación y del estado inmune del paciente que lo padece.
Puede requerir tratamientos complementarios y es necesario un seguimiento oncológico de al menos cinco años.